La película ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2012 retrata la lucha de una pareja de ancianos ante la enfermedad de la mujer.

La arruga es bella

Haneke rompe un tabú más de nuestra sociedad, la vejez, situando su objetivo ante dos leyendas vivas del cine europeo: el actor Jean Louis Trintignant (Y Dios… creó la mujer) y la actriz Emmanuelle Riva (Hiroshima, mom amour).

El director escribe la película pensando en él y, cuando termina el guión, elige a ella, porque además es una de las pocas actrices de su generación que ha aceptado el paso del tiempo sin recurrir al botox.

¿Quién es el protagonista?

La historia se cuenta desde él.

De principio a fin, Emmanuelle Riva realiza una brutal construcción del proceso degenerativo que sufre su personaje. La actriz traza un trabajo finísimo interpretando a una anciana con un lado paralizado de la cara.

Resulta lógico que aunque el protagonista de la historia sea él, el espectador no deje de fijarse en ella y porque, además, pese a que el personaje de Riva vaya perdiendo su movilidad es ella quien hace que la acción avance.

La tensión

Haneke como guionista siembra muy bien y no anticipa. Sitúa la información con bastante antelación como para que veinte minutos después saltemos en el asiento.

Como director coloca la cámara en lugares poco comunes (en una representación teatral nos muestra únicamente al público), pero utiliza planos muy abiertos para conseguir una apariencia sencilla en encuadres llenos de perspectiva e inquietud.

Curiosidades

• La actriz fetiche de Hanake, Isabelle Huppert, da vida a la hija de esta pareja de ancianos en un pequeño papel.
• El director escribió está película especialmente para el actor protagonista, Jean Louis Trintignant.
• Haneke no se deja llevar por el sentimentalismo, pese a que la historia parte de un hecho autobiográfico.