Fernando Colomo se enfrenta a su vigésima película como director y cuenta que “es el proyecto que más tiempo, trabajo e ilusión me ha llevado”.

La historia nos traslada a 1911, con la detención del famoso pintor Pablo Picasso y su amigo Guillaume Apollinaire por el robo de La Gioconda. Años atrás habían sustraído dos estatuas ibéricas que inspiraban el movimiento cubista.

En palabras de Colomo: “la acción se sitúa en el momento del robo de La Gioconda y de las maniobras entre los dos protagonistas por huir de la justicia. He utilizado el recurso del flashback para contar el origen de todo (aquellos polvos trajeron estos lodos) y la creación de Las señoritas de Avignon, un cuadro que rompió con todas las normas estéticas y que, paradójicamente, se lo puso muy difícil a Pablo.

La película cuenta con un gran esfuerzo de Producción (con la compra de los derechos de multitud de cuadros conocidos) y de Postproducción, pero la comedia se desdibuja en su efectividad.